El Castillo de Dragones y sus alrededores cuentan con varias leyendas, cuentos y anécdotas que te van a impresionar de distintas formas. Unas chuscas, otras misteriosas y otras de terror!!....Solo los mas valientes podrán leerlas!!!
En una era dominada por dragones, un intrépido y aventurero príncipe ve morir su padre. Las últimas palabras del rey inundaron sus pensamientos con sus mas oscuros temores. Su destino se marcó: derrotar al dragón, recuperar las tierras pérdidas y conquistar a una joven doncella, todo antes del vigésimo tercer cumpleaños.
Mientras aceptaba su destino, el viejo y sabio hechicero del reino tomo su hombro y con confianza le susurró una antigua receta que incluía buena cerveza y un poderoso hechizo. Prometió valentía, fuerza y atractivo sin igual.
El hechicero ávido de ver al joven príncipe victorioso, rodeado de amor y despreocupado por dragones paso noches y días encerrado en su torre elaborando el hechizo.
Varios intentos causaron muerte y enfermedad entre los campesinos pero el dragón estaba a punto de despertarse y el ataque era inminente, así que todas las muertes valdrían la pena.
Una hermosa mañana de inverno el gran hechicero entró a los aposentos del príncipe y lleno de alegría comunico que las últimas pruebas habían sido un éxito.
Confiado en los poderes del viejo hechicero ordeno al ejercito prepararse para la batalla. No pasaron muchos minutos antes de que el gran dragón, hambriento, atacó.
Plebeyos, comerciantes, mercaderes, soldados, mujeres y niños sucumbieron ante las garras y aliento de fuego de la gran bestia.
El príncipe con gran temor vio a su pueblo sucumbir ante los grandes ojos verdes y grandes alas color azul. El hechicero intentó, sin éxito, que el príncipe bebiera su poderoso elixir. Sin embargo, el gran dragón por la ventana se coló a la habitación. El hechicero atónito dio varios pasos atrás.
Mientras el príncipe era acorralado, el dragón sediento percibió los aromas de aquella amarga bebida.
Invadido por sus instintos el dragón bebió hasta la última gota. Al pasar los minutos, el elixir recorrió su fría sangre, dormitando al gran dragón, quien cayó desplomado al suelo.
Ante la mirada perpleja del hechicero y del joven príncipe, aquel mortífero dragón se transformó en una hermosa doncella.
El príncipe hechizado por su despampanante belleza la tomó en sus brazos y la coloco delicadamente en su cama para que descansará. Al cabo de un par de horas, la joven despertó.
Enfadada por un terrible dolor de cabeza reclamó al príncipe y al hechicero por engañarla con tal bebida embriagante. Exigió se le entregará la receta junto con el hechicero o el restante del reino sucumbiría ante su ira.
El príncipe en pleno uso de sus facultades mentales pidió a la joven se uniera a él en matrimonio, ante la burla de la joven dragón el hechicero realizó una contra propuesta: Toda la cerveza color pálida y amarga que pudiera tomar, así como libertad para ir y regresar al reino de forma humana o no, a cambio de una vida en matrimonio con el joven príncipe.
Aquella temible y hermosa joven dragón aceptó y desde ese entonces el reino es conocido por aquella adictiva bebida que calma hasta al mas voraz dragón.
Aut. Yolanda Bardales Ferrera
Luis colocó el columpio hace un par de meses, justo después de la noticia que nuestro bebé sería niño. Pintamos el cuarto de azul, con figuras de elefantes y jirafas en las paredes y el columpio en la jacaranda frente a la casa.
Por las mañanas imaginaba a luis jugando con nuestro hijo en aquel columpio de madera, dos gruesos lazos lo sostenían y permitían el movimiento. Recibía los rayos del sol por la mañana, pero por la tarde ya no, así que sería perfecto para el verano.
- Isabela, tus recuerdos son nítidos, hasta cierto punto, ¿recuerdas cuando comenzaron las alucinaciones?
Isabela sin prestar atención a las preguntas o si quiera a la presencia del hombre vestido con una túnica negra, y con la mirada clavada en la ventana, continua...
Una tarde, pocos días después del aborto, terminamos de comer, así que mientras lavaba los platos, note que el rayo del sol proyectaba la sombra del columpio en nuestra sala. Desde la cocina se podía ver el sillón, la televisión, la ventana y el columpio.
Los lazos se contraponían con las divisiones de la ventana, durante los días de verano el aire provocaba que se moviera.
Una noche, a punto de subirme a la recamara, pude observar el columpio moviéndose, de frente hacia atrás, la sombra del columpio se proyectaba con singular ritmo en la sala, justo en el lugar donde todavía conservaba la pequeña cuna azul, no tenía aún el valor de guardarla. Convencí a Luis que se quedará ahí un par de días mas y que yo misma la vendería.
Al acercarme para acomodar la pequeña cobija, envuelto estaba mi bebé, durmiendo tranquilamente. El grito de asombro y de alegría hizo que Luis bajará, no daba crédito a mis palabras, gritaba sin control que tiraría la cuna y todas las cosas del bebé. Entre lagrimas pude convencerlo que al día siguiente guardaría la cuna, que probablemente había alucinado. Sin embargo, Luis decidido guardó la pequeña y suave cuna. Dispuesto a venderla al día siguiente, fingí malestar, Luis al ir por medicamento no tuvo tiempo de desechar la cuna, así que aproveche para guardarla en un taller que tenemos en la parte trasera. Le mentí, diciendo que una amiga vendría por ella en la tarde y que jamás la volvería a ver. Convencido se fue a trabajar y nunca más volvió a tocar el tema.
Por las noches colocaba la cuna en la sala, cada noche a la misma hora el viento mecía al columpio, una combinación entre la luz y el movimiento poco a poco reflejaba a mi bebe. No recuerdo cuando tiempo paso, hasta que una noche decidí tomarlo en mis brazos, la suavidad de su piel, la ligereza de su cuerpo y su delicado aroma me mantenían despierta. Deje de dormir por las noches. A luis le decía que estaba escribiendo una novela nueva, por lo que bajaba en las noches, el creía que me ayudaría a superar la muerte de nuestro hijo.
Al cabo de algunas semanas mi humor mejoró, incluso durante el día dormía ocho horas consecutivas, recupere peso. Luis alegre por mi milagrosa recuperación me invitaba cada viernes a cenar a nuestro restaurante favorito. Era feliz. Tenía a mi esposo y a mi bebé.
- Isabela, la pérdida de un hijo ocasiona que algunas veces veamos cosas que no están ahí. ¿Recuerdas que paso la última noche que estuviste en tu casa?
Después de regresar de cenar, Luis y yo tuvimos un recuentro amoroso, tal y como antes de casarnos. Aquella noche fue mágica, caí dormida. Casi al amanecer, desperté al sentir un frío terrible en mis piernas y recordé que mi bebé debía estar pasando frío en el taller. Así que baje corriendo, mi intención era sacar la cuna del taller; sin embargo al cruzar la sala la cuna ya estaba ahí, me acerque como una madre amorosa se acerca a la cuna de su pequeño hijo, ahí estaba, durmiendo como príncipe, sus pequeños labios rosas, su respiración era rítmica, lo cargue con ternura, mientras le cantaba una canción de cuna, luis despertó y bajo a buscarme. Pude sentir la su mano apretando mi brazo, me jaloneó y gritándome me preguntaba que a quien le cantaba. Llorando le dije que a mi bebe que casi lo tira, que debía ser mas cuidadoso. Sus ojos reflejaron una rabia que jamas olvidare, tomo a mi bebe y lo aventó. Con todas mi fuerzas me abalance para tomarlo antes de que cayera al suelo, mi pecho pegó en el suelo y en mis brazos estaba únicamente la cobija. Recuerdo levantarme y correr hacía luis, tenía que recuperar a mi bebe. Recuerdo golpearlo con mis puños, todo lo demás es un sueño borroso.
D- Isabela, ¿sabe por que charlamos el día de hoy? Los médicos y la policía han repasado con usted varias veces los acontecimiento de ese día. Han pasado diez años de eso. La policía te encontró en la casa de junto, bañada en sangre. Asesinaste a sangre fría a tu esposo y la pareja de a lado, junto con su pequeño hijo. Isabela, hoy es la última vez que nos veamos, tu ejecución esta programada para dentro de cuatro horas. ¿Algo mas que quieras discutir?
Si, por la ventana de mi celda se proyecta la sombra de un árbol y en él un columpio, pronto comenzará el verano...
Aut. Yolanda Bardales Ferrerea
-Tus ojos no conocen el miedo pequeña niña, las estrellas y la noche se reflejan en ellos, te llamaré Nocturna.
Después de una larga caminata, Histeria, toma a su extraña y nueva aprendiz en brazos y se dirige a una pequeña cabaña a las afueras de la ciudad.
Los días y las noches transcurrieron, para cuando Nocturna se convirtió en una bella joven, aprendió de Histeria un misterioso brebaje y juntas cocinaban bajo la luna.
Una tarde, un grupo de ladrones acordonó el lugar, al abrir la puerta, hechizados por la belleza de ambas cerraron puertas y ventanas.Ambas mujeres desconcertadas por la presencia de los extraños, advirtieron a los forajidos se retiraran. Los extraños, dispuestos a utilizar la fuerza bruta, se abalanzaron contra ellas. Nocturna dispuesta a pelear, tomo la pala de madera del caldero y se defendió de la agresión; Histeria, sin dudar levanto los brazos mientras recitaba un antiguo y poderoso hechizo, el caldero se elevó por los aires y vertió su contenido sobre los ladrones, fue la última vez que se supo de ellos.
Histeria y Nocturna, durante las noches de luna llena preparaban su tradicional bebida, cuando estaba lista para venderse, Nocturna colocaba una escoba frente a la ventana, los clientes no tardaban en llegar con jarrones que llenaban con júbilo.
Sin embargo, en la pequeña ciudad había mujeres celosas de Histeria y Nocturna, aseguraban que su bebida contenía un poderoso hechizo para perder la memoria, y que si la bebían por dos noches consecutivas su cuerpo se secaba hasta la muerte.
Esparcieron rumores sobre extraños sonidos provenientes de la cabaña de Histeria, historias de gatos y cuervos que hablaban; contaban que Nocturna bailaba desnuda sobre el árbol, mientras que Histeria rodeaba una hoguera bailando y cantando.
Una cálida noche, un grupo de hombres, convencidos de que Histeria y Nocturna tenían hechizado al pueblo, armados con antorchas rodearon la pequeña cabaña, decididos a cazar a las dos brujas.
Al asomarse por las ventanas, Histeria se encontraba frente al caldero recitando extrañas palabras, Nocturna, quien a pesar de los años, seguía joven y hermosa, daba vueltas al caldero. Un par de hombres derribaron la puerta, Histeria sin miedo y llena de ira, exclamo:
- Largo de aquí ilusos, o este pueblo sucumbirá ante la ruina. Nocturna, a su lado, no dejaba de darle vueltas al caldero, del cual emanaba nubes de polvos verde, naranja y negro; en su mirada se percibía maldad pura.
Los hombres al sentirse amenazados ante tales palabras, prendieron fuego a la cabaña. Altas llamas consumían las paredes y los techos de aquella vieja cabaña, lúgubres risas rompían los vidrios de las ventanas; la chimenea escupía humo de color morado y naranja; el viejo árbol retorcía sus ramas y nunca un grito de dolor se escuchó.
A la mañana siguiente, cuando el fuego se apagó, los habitantes rodearon los escombros de la pequeña cabaña. Lo único que quedo fue el extraño caldero intacto, en su interior un líquido rojizo y espumoso. Los restos de las dos mujeres, no aparecieron por ninguna parte.
Los días pasaron y la lluvia se ausentó; los huertos se secaron y los animales empezaron a morir, tal y como Histeria prometió, la ruina había llegado.
Las familias de aquellos hombres que prendieron fuego a la cabaña, asustadas, abandonaron el lugar. Las pocas familias que quedaron, a los pocos días fueron testigos del fin.
Una noche, de las casas abandonadas emanaba un extraño y denso humo negro, los vecinos, preocupados porque se estuvieran incendiando, entraban con cubetas llenas de agua para extinguir el fuego, para su sorpresa no encontraron fuego, solo humo. Algunos desafortunados respiraron aquel denso humo y cayeron muertos instantáneamente.
Antes del amanecer, la ciudad se quedó sin habitantes, las historias de Histeria, Nocturna y aquel extraño humo negro pasaron al olvido.
-Leonora, ¿Qué haces? Replica Nocturna, mientras sube las escaleras. Abre la puerta de la habitación y exclama: ¿Otra vez leyendo ese cuento?
- Es mi libro favorito, vamos Nocte, mañana cumplo 21 años, déjame leer un poco más.
-Ya te dije que no me llames Nocte, llámame madre o Nocturna, deja ese libro y ponte a estudiar, en pocas horas Histeria tendrá todo preparado para tu gran noche.
-Sí, madre.
Nocturna cierra la puerta, es mejor seguir sus mandatos al pie de la letra, tiene ojos en todas las paredes. Mañana es noche de brujas, y hoy Leonora cocinará por primera vez.
Así como Nocturna, Leonora fue separa de sus padres biológicos al cumplir el onceavo mes de nacimiento, y ahora dedica su tiempo a recitar hechizos, preparar calderos y canta por las noches al rededor de la hoguera.
Nocturna, tiene 568 años, es considerada una bruja poderosa y cruel. Histeria tiene 658 años, es una de las brujas más longevas y mezquinas sobre la tierra, junto con Leonora llevan un negocio familiar: una cervecería, donde la bebida mas popular se llama “Astillera”, en honor a sus antecesoras quemadas en hogueras.
Leonora ha cumplido la mayoría de edad y para adquirir la madurez de sus poderes debe encantar a todo el pueblo. Hoy, durante el festejo de su vigésimo primer cumpleaños elaborará su primer lote de Astillera.
La joven aprendiz, frente al caldero, espera paciente al primer hervor, un burbuja brota del líquido y revienta, es la señal, avienta un extraño polvo verde y exclama con fuerza:
“Heather, de tu pecho, un néctar
De color amarillo y naranja,
Ale, de hierbas, ramas y frutas,
Ceres, transforma este néctar en
Amargo líquido para borrar memorias”
El caldero comienza a burbujear con fervor, el líquido adquiere tonalidades verdes y forma una densa capa de espuma. Las ventanas comienzan a retumbar mientras el encantamiento emana con fuerza de la garganta de Leonora, sus negros ojos se tornan morados y su gran melena comienza a elevarse bajo el sombrero.
Histeria y Nocturna observan a su pequeña aprendiz orgullosas de la poderosa bruja en que se ha convertido. Al cabo de unas horas, la cerveza esta lista, la cual al día siguiente, sin contratiempos, es disfrutada por los habitantes de la localidad.
Aut. Yolanda Bardales Ferrera
A lo largo de la historia es normal haber escuchado de espiritus que habitan ancestrales construcciones; algunos en mansiones, otros en conventos y unos más en fortalezas... NO es de sorprender que este relato hable de uno de ellos: Sir Peter el Fantasma del Castillo de Dragones !!!
Muchos visitantes ya han sido testigos de cosas extrañas dentro de los muros: dioramas que se prenden sólos y juguetes que aparecen en otro lugar !!!
Sin embargo, los testimonios de quienes cuidan en la noche son los más asombrosos... van desde haber escuchado pasos en las escalinatas cuando no hay alguien, haber escuchado tenuemente música medieval y hasta ver una silueta de un caballero que ronda cuidando desde las torres el Castillo...
Cuenta la leyenda que Sir Peter de Dranmar vivió como leal caballero bajo las ordenes del Rey Ricardo Corazón de León... tras la muerte del Rey Sir Peter devastado decidió retirarse a un castillo para protegerlo, su escudero afirmaba que Sir Peter había perdido la noción de la realidad y que creía que el Rey seguía vivo y que tarde o temprano visitaría su castillo y el debía protegerlo hasta dicho tiempo.
Una noche de tormenta, Sir Peter ordenó hacer una cena para darle la bienvenida al Rey... los trabajadores del Castillo la hicieron pero a la hora de llamar en su habitación nadie contestó !!!
Sir Peter desapareció sin dejar rastro...
El castillo quedó abandonado porque nadie costeaba su mantenimiento y así se olvidó todo...
Hasta que surgieron los testimonios de algunos viajeros que en las tardes o noches de tormenta al verse atrapados por la lluvia se refugiaban en el Castillo... saliendo a los pocos minutos austados por oir una voz de autoridad que entre viento y truenos... gritaba se fueran!!!
Los viajeros aseguraban que al salir y voltear al catillo venían persiguiendolos a pasos fuertes un caballero que desenvainaba su espada, figura que con la luz de los relampagos se veía más imponente.
Fue hasta esta época que en verse la necesidad de tener un protector de tal nivel para el Castillo de Dragones, miembros del Colegio de Magia y Hechicería diseñaron un pozo atrapa fantasmas... creado en España... el artefacto fue llevado a Inglaterra para con poderosa magia contener al poderoso caballero fantasma.
Para más tarde traer el artefacto al Castillo de Dragones y darle un nuevo castillo que proteger a Sir Peter !!!
Al visitarnos presta mucha atención pues podrías verlo de reojo... caminando en los pasillos y torres y protegiendo el lúgar !!!!
Aut. Edmond I
Durante el Siglo XIV un valiente y aguerrido Rey, sediento de poder, ordenó a su ejercito conquistar las montañas. Montañas que se volvieron escenarios de temibles cuentos, donde los protagonistas medían mas de cuatro metros tenían grandes alas y de aliento ígneo.
El rey, famoso por conquistar pueblos, planeó una expedición, para ello convocó a sus mejores guerreros y emprendió el camino. Al llegar a la cima, una cueva rodeada de un hedor de muerte y putrefacción sería su maldición.
Confiado por las múltiples batallas ganadas lideró a su ejercito por aquella cueva, dentro de ella, un gran dragón color plata, con escamas tornasol lo esperaba.
Al verlo, el rey ordeno al ejercito atacar, sin embargo, no todas las batallas se ganan con fuerza. El Dragón desplegó sus enormes alas, lanzando por los aíres a mas de cincuenta hombres, no dejando al rey otra opción mas que huir.
El rey, consulto con sus mejores asesores tácticas de batalla, incluso hechiceros fueron convocados, pócimas y hechizos se formularon para asegurarle al Rey la victoria. Preparado nuevamente para el enfrentamiento, ordenó a los hechiceros atacar en conjunto al dragón, sin embargo, las guerras no se ganan con fuerza y magia. El dragón, a diferencia de otros dragones, era inmune a la magia, basto una exhalación para que una gran llamarada de fuego hiciera arder a todos los hechiceros.
El Rey, desesperado por matar al Dragón decidió viajar a una lejana tierra, donde un grupo de guerreros aseguraban que podían vencer a cualquier Dragón, a cambio de sus servicios, su castillo ofreció.
Aquellos aventurados y misteriosos guerreros aceptaron el trato, varios de ellos fueron criados por hechiceras y entrenados por una extinta población de domadores de Dragones. Ese mismo día se planeo el ataque, el Rey convocó a los guerreros de todos los reinos aledaños, hechiceros y hechiceras fueron forzadas a pelear y todos los soldados de clase baja cargarían con las armaduras.
Casi al llegar a la cima, el Dragón despertó. Lessaber, era su nombre, el único Dragón mágico. Conforme el ejercito avanzaba, el dragón molestó por ser interrumpido constantemente decidió que él se quedaría con el castillo del Rey, así que espero pacientemente al ejercito.
Los guerreros, hechiceros y el Rey vieron frente a su cueva a Lessaber, al rayo del sol sus plateadas escamas cambiaban a tonos azules y amarillos, su gran cabeza portaba dos grandes cuernos, sus garras y alas petrificaron a los guerreros. El Rey, invadido por la rabia ordeno el ataque. Al escuchar el grito de batalla Lessaber cruzo mirada con el Rey y con sus grandes ojos amarillos le advirtió retirarse de esas tierras y abandonar su castillo, o sufrir las consecuencias.
El Rey sin temor avanzó, seguido por su ejercito, lucharon con todas sus fuerzas, sin embargo el Dragón fue nuevamente imposible de vencer... Derrotado y agonizando, el rey observo como Lessaber se acercaba a él, sin fuerzas rogó por una muerte veloz...
Pero los dragones no siguen mas que sus deseos por oro y un lugar frío donde descansar, se acerco al oído del rey y le susurró un extraño y poderoso conjuro, al terminar exclamó:
- Dedicarás tu vida de ahora en adelante a servirme, morirás a los ciento treinta años y tu espíritu jamas dejará mi castillo... Tu ejercito y hechiceros ahora protegerán las paredes de mi castillo...
Al instante el Rey perdió el conocimiento, un par de días después despertó en su cama, convencido de que sus últimos recuerdos eran un terrible sueño, corrió al vestíbulo del castillo, únicamente para encontrarse con una enorme silueta de un dragón, rodeado de un enorme tesoro, plagado de diamantes...
El Rey despavorido salió del castillo, al observar con detenimiento, pudo notar que era el castillo donde había crecido, sin embargo grandes gárgolas habían aparecido en las paredes. Perplejo, se acerco a una de ellas, cuando estaba a punto de tocar una, esta abrió su boca:
- Querido Rey, ¡sáqueme de aquí! El sol es muy fuerte, no me deja ver, no siento mis brazos ni mis piernas...
Al instante, las demás gárgolas gritaban y pedían auxilio... A pesar de ser de piedra, el Rey podía reconocer los rostros de sus valientes hombres. Los hechiceros rodean las torres, todos ellos vueltos en perfectamente talladas gárgolas...
El Rey, al borde de la locura, corrió hacia el dragón, mientras clamaba piedad para él y sus hombres, el Dragón sin titubear respondió...
Este ahora es mi castillo, tú mi servidumbre y ellos mis guardias, ose aquel que intente entrar, escuchar los lamentos lo llevará a la locura y después a las fauces de mi boca...
Mario, el Doctor escucha los pasos de Germán, pero no puede quitar la mirada de aquellos carnosos y perfectos labios rosas. Germán al notar que Mario no responde decide tomar su hombro y exclama – vamos doctor, no le dedique muchos pensamientos a esta joven, ya varios han enloquecido y muerto aquí.
Al instante en que Germán coloca su mano sobre su hombro, su ritmo cardíaco volvió a la normalidad, dejo de sudar, como si por arte de magia lo hubiera sacado de un confuso trance. Conforme caminan hacia la salida, Mario escucha claramente un suspiro, el sudor frió vuelve y una gota recorre toda su espalda, contuvo sus ganas de averiguar que hizo tal sonido, tal vez así podría admirar aquellos labios, perderse nuevamente en esos ojos, -¿ojos? ¿pero que no se los cubría el cabello?, el miedo invadió sus venas, pudo sentir como la sangre se le congelaba, formando pequeñas y puntiagudas estalactitas que al recorrer sus venas ardían, el dolor se volvió insoportable.
Germán lo sostuvo del brazo, lentamente caminaron hacia la salida. Al sentir el sol sobre su piel, la sangre congelada poco a poco a disolvía, regresándole las energías.
¿Que acaba de ocurrir? -Mario con mirada perpleja pregunta a Germán.
Germán sin detener su camino, exclama: Doctor, esta cueva tiene un extraño y perturbador efecto en los jóvenes, hemos encontrado a varios congelados, como ellas.
Ambos, atemorizados y sin dudar, emprenden el camino de regreso al pueblo.
Las cosas, ante la ausencia de luz, siempre son diferentes que a plena luz del día; los árboles que durante el día parecían adornar el camino se transformaron en extraños entes que parecieran atacar a quien caminare por sus costados, la luna parecería querer estrellarse a tus espaldas; y el silencio abruma tu corazón hasta que duele.
Mario repasa los acontecimientos del día, parecería un extraño sueño, ¿o será pesadilla?.
Esta mañana recorrió esta misma vereda rocosa, el sol comenzaba a asomarse y alumbraban a estos solitarios árboles secos. Germán, el único poblador dispuesto a subir la montaña guiaba su camino. Ayer llego al pueblo en busca de dos jóvenes desaparecidas hace años.
Antes del amanecer Mario tenía muchas dudas, las cuales esperaba que Germán disipará.
- Don Germán, estas jóvenes fueron declaradas muertas hace más de cinco años, sin embargo, al buscar en sus expedientes, falta la ficha de búsqueda y el informe del forense. Las familias nunca reportaron la falta de esta documentación, incluso solicitaron el cierre del caso. ¿Sabe por que?
- Doctor, tiene que verlo con sus propios ojos y así entenderá que los pobladores no quieren que se lleven a las jóvenes.
-¿Que se las lleven? Pero se debe iniciar una investigación para darle paz a las familias, encontrar al culpable.
- Doctor, usted no entiende lo que sucede. Sus familias tiene un lugar donde visitarlas.
Mario decide no discutir con Germán, algunas costumbres están muy arraigadas.
Conforme se adentran en la montaña, extrañamente el clima cambia, de un momento a otro la temperatura baja considerablemente. Mario se lo atribuye a la altura.
Al cabo de un par de horas, Germán se detuvo cerca de la orilla de lago, con su bastón señala el centro del lago. Y fue cuando Mario la vio, un escalofrió recorrió todo su cuerpo y el pánico se apoderó de él, a pesar de la turbidez del agua se apreciaba una macabra escena, el cuerpo de una joven mujer con un vestido color café, sin zapatos, se encuentra verticalmente, sus pies casi sobre salen del lago.
Mario exaltado corre sobre el lago congelado, para ver la parte frontal del cuerpo, su cabello sin movimiento cubre todo rostro, sus brazos se encuentran cruzados frente a su pecho, como si durmiera tranquilamente.
Mario con voz entre cortada, exclama: ¿Quién es? ¿Qué ha pasado aquí? ¿Por qué no han retirado el cuerpo del lago?
- Doctor, usted no entiende lo que sucede. Sus familias tiene un lugar donde visitarlas.
Germán con las palmas sobre su bastón, se retira el sombrero y se sienta en una roca, mientras se seca el sudor de la frente, su piel se eriza y sus ojos se abren - se llamaba Malisa ese día, relata su madre, salió muy temprano. Al caer la noche, la madre desesperada solicitó un grupo de búsqueda, fue hasta la mañana siguiente que la encontraron aquí. Entre todos intentamos sacarla, picamos el hielo con palas y picos todo el día sin éxito. Después de unos días sin avances, su madre clavó una cruz a un lado.
Mario, en todos los años de estudiar medicina y ser médico forense, jamás había visto una cosa así, mientras se quita el sudor frio del cuello, exclama: - ¿El hielo no se puede perforar? La joven desapareció hace cinco años, cuando se deshiela el lago, ¿por que no la han sacado?
Germán se incorpora y colocándose nuevamente el sombrero responde - más adelante esta Faría, y una tercera más adelante, en una cueva. Nadie ha podido perforar el hielo, pareciera que todo el lago está congelado, las palas y los picos no funcionan. Nadie sabe cómo se congelaron las aguas, jamás ha nevado por aquí, el calor pareciera no llegar a esta montaña...
-¿Una tercera? No tengo el reporte de otro cuerpo... El no reportar a la policía un cadáver es un delito Don Germán, su familia al no reportarla podría ser sospechosa o culpable...
- Ella no tiene familia Doctor, o al menos, no de aquí... Sigamos caminando, antes de que baje el sol.
Conforme avanzan, la temperatura sigue bajando, los arboles sin hojas quedan atrás y aparecen arboles con grandes follajes, el camino rocoso se transforma en un pasto verde, como si se tratará de otro lugar. Esta vez Germán se detiene a la orilla de un pequeño monte. El doctor no puede evitar sentir un escalofrío cuando sus grandes ojos negros encuentran una cadena que sobresale del hielo, descansa sobre el pasto, no se encuentra atada a nada, Mario sigue con su mirada aquella oxidada cadena que atraviesa el hielo, del otro lado, el agua transparente muestra a una joven con ropas azules y grises, se encuentra suspendida boca abajo, sus manos, piernas y cadera se encuentran atadas a la cadena, su larga y negra cabellera no permiten distinguir su cara, igual que Malisa.
Faría tenía 19 años, su padre intento durante meses sacar a su hija, todos los días venia. Ni la cadena se puede cortar, exclamo Germán.
Los ojos del doctor muestran una horripilante mirada, su boca se tuerce de pánico, la cadena, ¡no está atada a nada! Parece una broma de mal gusto.
Germán coloca su mano sobre el hombro del doctor –vamos Doctor, todavía nos falta llegar a la cueva, esta comenzado a anochecer y no quiere recorrer esta vereda muy entrada la noche.
La cueva, de delicada simetría, confundiría a cualquier geólogo, conforme se adentran, la oscuridad no se manifiesta, una extraña luz azul ilumina las paredes y la perturbadora profundidad, no muy lejos de la entrada se encuentra un tercer lago, también congelado.
Germán, sin mirar al lago comenta -creemos que ella fue la primera, o al menos no hemos encontrado otra. Después de la muerte de Faría, todos los hombres se juntaron para venir a esta cueva, esperando encontrar respuestas de tan atroces crímenes, pero lo único que encontraron fue a ella. No sabemos su nombre, ni su procedencia, ni cuánto tiempo ha estado ahí…
El doctor queda deslumbrado y atemorizado al mismo tiempo ante tal silueta con una larga melena, pareciera una obra arte, el cuerpo desnudo de la joven descansa bajo el agua, el cuerpo se encuentra en forma fetal, su hermoso cabello color café cubre la mitad del rostro, mostrando parte de los labios de la joven.
Una vez en la estación de trenes, Germán se despide, a Mario le espera día y medio de viaje. Sus piernas le tiemblan por la caminata, su mente esta clara como el agua, el cansancio intentaba apoderarse de él, pero cada que cerraba los parpados veía aquellos ojos... Con cada pestañeo esos ojos se volvían mas negros, mas perturbadores... Cuando el cansancio lo venció, los únicos sueños que tuvo fueron de mujeres que abren los ojos, rompen el hielo y salen de aquellos lagos, con penetrantes miradas y hermosas sonrisas bailan mientras susurran extraños cantos de idiomas desconocidos.
1.2
Cuando Mario bajo del tren, el camino a casa se sintió como un sueño. Tan pronto su cuerpo toco su cama, se sumió en un profundo sueño:
Mario se encontraba nuevamente en aquella cueva, el lago ya no estaba congelado, y al otro extremo en la orilla, estaba ella, su larga melena ya no cubría su blanco rostro, sus negros ojos lo llamaban con fuerza...
Sin dudar, entro al lago, su piel se erizó al contacto con el agua helada, exaltado nado hacía ella, cuando estaba cerca ella extendió sus brazos y se lanzo al lago para encontrarlo...
Cuando se encontraron al centro del lago, frente a frente, Mario no podría dejar de admirarla, sus negros ojos penetraron su mente, sus pensamientos, sus sentimientos y miedos... Sus brazos rodearon a Mario y lentamente lo sumergieron, estaba hipnotizado, al cabo de unos segundos sus pulmones se quedaron sin oxigeno, intento respirar pero fue inútil, se sintió ahogar...
Mario despertó sin aliento y cubierto en sudor. En eso, escuchó como alguien tocaba la puerta. Mario se incorpora y abre la puerta, detrás, el secretario del procurador.
1.2
-Doctor, el procurador quiere saber sobre el caso, espera su reporte en breve. ¿Pero que le paso Doctor? ¡Esta cubierto en sudor!
-Fue un largo y cansado viaje, mañana por la tarde el reporte estará en la oficia del Procurador, gracias por su interés.
Mario cierra la puerta, toma una ducha, se prepara un sándwich y comienza a elaborar su reporte. Al cabo de un par de horas, el sueño vuelve a apoderarse de él...
Se encuentra nuevamente bajo el agua, esta vez el oxigeno regreso a sus pulmones, frente a el, esta ella, la piel de la joven se siente tersa y suave, su hermosa sonrisa no desaparece, sus negros ojos son un portal a otra dimensión, Mario no puede explicar la paz que siente a su lado... De un tirón lo lleva al fondo del lago, no existe oscuridad, una luz brillante emerge del fondo, lo conduce a una cueva subterránea, pero el oxigeno no dura mucho, Mario comienza a ahogarse, y siente como su vida se apaga mirando aquellos negros ojos...
Cuando despierta, la noche ha caído...
Las horas pasan, los sueños se magnifican ¿o serán pesadillas?... Los momentos despierto se vuelven tomentosos... Después de cada sueño, siente su cuerpo helado, cada vez le cuesta más trabajo mover sus brazos y piernas.
Al día siguiente el reporte de Mario no es presentado en la oficina del Procurador, su secretario molesto, decide volver a visitar al Doctor...
Al tocar su puerta y después de varios minutos sin respuesta, gira la perilla, la puerta se abre, en su interior encuentra al Doctor en su cama bañado en sudor frío, su cuerpo esta helado y sin vida, su cara muestra una extraña y sorbida sonrisa..
1.3
- Don Germán, nuevamente, la última vez que vio al Doctor fue cuando lo dejo en la terminal del tren, el Doctor se dirigió a la ciudad, y no volvió a tener contacto con él, ¿cierto?
- Así es, la última conversación que tuvimos fue acerca de un reporte que debía elaborar, tomo varias notas, y me comento que si tenía mas dudas llamaría. Su muerte es una verdadera tragedia.
- En el departamento no se encontraron rastros del reporte, unicamente una libreta con anotaciones... En un párrafo el Doctor afirma que la familia de las jóvenes desaparecidas solicitaron se cerrará el caso. Así mismo, hay una anotación de que no se reporto un tercer cuerpo.
-Los padres de las muchachas son personas mayores, encerrados en un asilo, han perdido la memoria, no ha habido día que articulen un frase coherente... El Doctor debió enfermar, el clima por aquí cambia mucho, los extranjeros no están acostumbrados al frío...
- El departamento esta intacto, la chapa no fue forzada, debió conocer a su atacante.
Estamos esperando el reporte del forense de la causa de muerte. Cuando tengamos más evidencia vendremos por usted Don Germán. Le recomendamos no salir del pueblo. Estaremos en contacto.
1.4
Hemos caminado cuatro horas sin descanso, el sol comienza a aparecer, a lo lejos distingo la entrada de la cueva... Su simetría vuelve a cualquiera loco. Conforme nos acercamos a la entrada puedo sentir como deja de correr el aire y la temperatura descendió repentinamente.
Se cuentan terribles historias de esta cueva, nadie quiere vivir a las faldas de la montaña, algunos pobladores aseguran que varios han entrado, pero jamás han regresado...
Pero a diferencia de ellos, nosotros somos varios y venimos armados con hachas, cuchillos, antorchas y varias armas. Quien quiera que este aquí no podrá con todos nosotros. Lo rodearemos, lo ataremos y llevaremos ante la justicia.
Tan pronto pongo un pie en la cueva, una extraña y cegadora luz azul, que pareciera venir desde arriba, alumbra las paredes de a cueva. Las paredes atraen mi atención, a pesar de la luz, nuestras sombras no se reflejan, tampoco nuestras siluetas, al tocarlas están heladas al grado de congelarte las manos...
El padre de FarIa es el líder del grupo, va delante abriéndonos el paso, cada paso que damos es una onda de frío y el único sonido es nuestra respiración...
Desde aquí distingo a mis compañeros que van adelante. El padre de Faria señala un lago y con su brazo nos llama para cercarnos, el resto del grupo y yo nos apresuramos a llegar.
Delante de mi, un lago congelado, el hielo es cristalino, se pueden distinguir las rocas del fondo, brillantes, una extraña luz blanca penetra una puerta de madera en el fondo, como si se tratase de una cueva sellada, ¿será que mis ojos me mienten?, debajo de la puerta, se aprecia parte de un brazo y una mano sobresale, un brazo intacto, terso y blanco como la nieve...
- Otra muchacha! Hay otra chica aquí!
Mi cuerpo se eriza al escuchar los gritos de mis compañeros, el miedo recorre cada célula de mi cuerpo, nos ordenan separarnos y recorrer la cueva, otros mas se quedarán a intentar romper el hielo... El miedo y el frío impiden la movilidad, con todas mis fuerzas obligo a mis músculos moverse, pero mis ojos no pueden quitar la mirada de aquel brazo, de aquella delicada y blanca mano...
- Doctor, usted no entiende lo que sucede. Sus familias tiene un lugar donde visitarlas.
1.5
Germán paso varias horas en la estación de policía, siendo interrogado por la muerte del Doctor, camino a casa su mente repasaba cada pregunta del investigador.
Los padres de las dos jóvenes simplemente enloquecieron después de la muerte de sus hijas... Los pobladores temen una maldición, se cuenta que si alguien entra jamás sale.
Los hombres que acompañaron al padre de Faria a esa cueva, todos murieron a los días siguientes. Fallecieron dentro de sus casas, bañados en sudor frío, sin lesiones ni huellas de lucha, simplemente dejaron de respirar...
Los pobladores, incluso de los pueblos aledaños han decidido olvidar el tema, si alguien hace preguntas le cierran las puertas... Como si nunca hubiera pasado y como si no existieren.
Lo único que queda de aquella historia son los diarios de su abuelo, probablemente sea el único relato de lo sucedido después de la muerte de Faria.
Germán busca en una vieja caja de cartón las pertenencias de su abuelo, hasta el fondo se encuentran sus diarios, viejas libretas amarillentas, llenas de polvo, las primeras paginas relatan la vida del abuelo, de una manera fluida y divertida describen su vida junto con mi abuela, hasta que ella falleció y como se quedo a cargo de mi padre. Pocas hojas relatan la desaparición de las jóvenes, y solo escribió un par de paginas antes de morir, después de subir a la cueva...
22 de marzo
La tragedia sucumbe el pueblo nuevamente, otra joven desapareció, Faria,. Su padre explicó que la noche anterior no llego a casa, la buscaron toda la noche.
La policía convocó hoy a una búsqueda por los alrededores, mañana la búsqueda se extenderá a la montaña.
23 de marzo
En el pueblo se esparce el rumor de la maldición de la montaña, después de que hoy encontramos el cuerpo de Faria en un lago de la montaña, cerca de donde esta el cuerpo de Malisa, el lago también se encuentra congelado...
24 de marzo
La gente se encuentra en pánico, las jóvenes no quieren salir. El padre de Faria convoco a una expedición a la cueva que esta hasta arriba de la montaña, mañana antes del amanecer partiremos para buscar al monstruo que caza a las mujeres jóvenes.
25 de marzo
Se formó un grupo de 15 hombres, subimos a la montaña, a dos horas del cuerpo de Faria encontramos una cueva.
27 de marzo
Los murmuros y los pasos me persiguen... Si duermo, lo único que veo es a ella, su brazo, y su mano saliendo por debajo de aquella puerta... Despierto bañado en sudor... Siento como me arrastra al lago, el frió recorre cada parte de mi cuerpo, como si me astillara las venas...
29 de marzo
Tengo que mantenerme despierto, no puedo salir durante el día, la luz del sol me quema como si derritiera mi piel, siento como la desgarra... En mi sueños solo esta ella... Me arrastra a ella.
Autora: Yolanda Bardales Ferrea
- Abuela, ¿por que esa casa esta abandonada?
Lourdes sabía que aquella preguntaba involucraba una macabra historia digna de ser compartida con una copa de vino en la comodidad de su sala de estar.
- ¡No digas más!, con molestia exclamo... Las paredes escuchan. Tomo el brazo de su nieta y apresuró el paso...
Cuando ambas llegaron a casa Lourdes abrió una botella de vino, sirvió dos copas y llamo a su nieta... Al acabarse la primera copa y mientras servía la segunda comenzó su historia:
Doña Catalina, fue la dueña de esa casa. Ella murió hace más treinta años.
Se caso con un rico hacendado de pueblo, nunca tuvieron hijos...
El esposo de Doña Catalina, enojado con ella, debido a que nunca le dio descendencia, se dedico a la bebida y falleció por culpa del alcohol justo después de cumplir cuarenta años... Doña Catalina se quedo con la casa, una gran fortuna y una profunda soledad. Así que dedico su tiempo a asistir a la iglesia. Las únicas visitas que recibía era su hermana y su pequeño hijo Gaspar...
Los años pasaron y Doña Catalina cada vez estaba más allegada a la religión, dedicaba la mayor parte de su tiempo a leer las sagradas escrituras. Asistía todos los días a misa y dicen que donaba grandes sumas de dinero.
Algunas personas afirman que debido a la gran cantidad de dinero donado, la arquidiócesis mando al padre Julián, un atractivo hombre italiano, para asegurarse que las donaciones estuvieran destinadas a los mas necesitados.
Durante los años consecutivos, el padre Julián exprimió cada centavo de la gran fortuna de Doña Catalina, hasta acabársela, bajo la promesa de casarse con ella. Para cuando la fortuna se había evaporado, el padre mediante engaños, la convenció de que participará en el concurso de los 64,000.00 mil pesos.
Doña Catalina, cegada por el padre Julián, estudió día y noche, encerrada en su gran casa, la única persona que la visitaba era Gaspar, quien intentaba, sin éxito, que su tía dejará a un lado los libros, que se mudará con su hermana... Sin embargo, al cabo de algunos meses Doña Catalina se había vuelto loca.
Cuando el padre Julián la inscribió en el programa de televisión, ella ya no podía elaborar frases coherentes... El padre dejo de visitarla, lo que provoco que se agravará su situación.
La última vez que vi a Doña Catalina fue en su funeral... Dicen que la encontraron desnuda en el patio de su casa con un crucifijo en la mano, bañada en sangre.
- Que trágico final para Doña Catalina. Pero, ¿que paso con el padre?
Existen muchos rumores al respecto. Después del funeral de Doña Catalina, el padre se mudo a la gran casa. Nadie sabe lo que paso, solo que no duro más de una semana en ella... Incluso se regreso a Italia, sin dar explicaciones.
- Doctor, usted no entiende lo que sucede. Sus familias tiene un lugar donde visitarlas.
Gaspar vendió la propiedad, sin embargo, el comprador tuvo que cancelar la compra-venta debido a que cada que reparaban las paredes, o las ventanas, o el techo, o el piso este inmediatamente volvía a su estado original... Varias familias de dinero han intentado vivir ahí, sin embargo el estado actual de la casa, sin poderse reparar, lo hace imposible.
Algunas personas afirman que si mencionas a Doña Catalina, las paredes crujen... Y que si entras, puedes escuchar como si alguien tocará las paredes con un crucifijo “toc” “toc” “toc”...
Autora: Yolanda Bardales Ferrera
Héctor, daba mantenimiento a la caldera de la Estación Santa Fe, hasta que un día durante un recorrido nocturno, fue embestido por una locomotora, perdiendo la cabeza. Desde esa noche, en las noches de luna llena, se puede ver una locomotora con luz verde llegar a la estación, quienes suben a ella son llevados por extraños túneles y jamás se vuelve a saber de ellos.
“Leyenda del Maquinista Loco”
1.
Entre a trabajar a la Estación Santa Fe hace un par de meses... Una semana antes de que me presentara por el anuncio de “Se solicita personal de mantenimiento”, Luis era el encargado del taller y de darle mantenimiento a las calderas de las maquinas... Pero una mañana, fue encontrado en las vías del tren... Su muerte no salió en los periódicos y solo sus compañeros asistieron a su funeral.
Desde que entre a la estación, mi jornada es de las cinco de la mañana a la una de la tarde, la estación tiene tres turnos de mantenimiento.
En mi primer día de trabajo, uno de los maquinistas, Ricardo me llama para reparar la caldera de su maquina, la Espíritu 078.
Sin perder el tiempo, tomo la caja de herramientas que se encuentra en el tercer estante de la derecha. Cuando retiré la caja, una libreta color rojo cayo al suelo.
En ese momento creí que se trataba del manual de operación de calderas, así que decidí guardarla en mi bolsillo trasero y por las noches repasarlo.
En mi camino a las vías, dentro de uno de los cuartos de maquinas veo una maquina vieja, le faltan algunas partes de las paredes, no tiene ventanas y las ruedas están oxidadas...
Una de tantas maquinas que dejaron de operar, debido a la nueva tecnología...
- Muchacho, ¡córrele, no tenemos mucho tiempo!
Para cuando llego con la caja de herramientas, Ricardo me enseña a reparar la caldera. A las pocas horas la máquina se encuentra lista para seguir su camino.
Los primeros días de trabajo, llegaba a casa tan cansado que apenas y cenaba, lo único que quería era descansar...
- Doctor, usted no entiende lo que sucede. Sus familias tiene un lugar donde visitarlas.
2.
Don Paco, hace un par de semanas encontré la libreta roja, para mi sorpresa no se trataba de un manual para calderas o de máquinas... Se trata del diario de Luis... Las primeras hojas contienen el registro de las maquinas reparadas, las piezas repuestas y los movimientos de la estación. La leí por que creí que podría ayudarme con mi trabajo... ¡Luis vió lo mismo que yo! Don Paco, por favor lea la libreta...
- Muchacho, el trabajo en la estación es pesado, la pérdida de tu prometida fue un golpe duro, no necesitas seguir el ritmo de la estación... Don Paco me mira con escepticismo y lastima...
- Don Paco, perder a Diana fue lo peor que puso pasarme, pero no estoy loco, ¡se lo que ví!... La maquina que esta en el cuarto riel del cuarto de maquinas... ¡Hay alguien en esa maquina! ¿como explica que las luces se prenden? ¡Alguien vive ahí!
- Muchacho, será mejor que te vayas a casa a descansar... Tómate unos días, nos vemos el lunes a primera hora.
Camino a la salida de la estación vuelvo a verla, Novela1001... Encerrada en aquel riel... ¿Acaso me estaré volviendo loco por la pérdida de Diana?
3.
Las semanas pasaron y poco a poco me acostumbre al ritmo de trabajo de la estación. Una noche mientras limpiaba mi habitación encontré la libreta roja, la había olvidado por completo.
Me recuesto para poder leerla con calma. Las primeras paginas contienen el registro de las maquinas que llegaron a la estación, las reparaciones requeridas y las piezas repuestas.
Lunes 07 de enero. Máquina Salamanca. Cambio de piezas de Caldera.
Miércoles 08 de enero. Maquina Delta 01. Cambio de foco de farol.
Todo parece normal, hasta una semana antes de la muerte de Luis..., la última entrada es del 07 de febrero.
4.
La estación ha tenido pérdidas, los viajes en tren han disminuido, así como los viajes de carga. Don Paco nos informa que de ahora en adelante habrá roles para velar. La primera semana es mi turno...
La estación cierra a las nueve de la noche, Don Paco me da las instrucciones para cerrar la estación, cuando a lo lejos escucho a Ricardo gritarme:
- Hey, chico, no te vaya a salir el maquinista fantasma eh ja-ja-ja. Grita, mientras se despide. No te vaya a pasar lo que a Luis, ja-ja-ja.
- Don Paco, ¿de qué maquinista fantasma, habla? Preguntó. ¿Y, Quién es Luis?
-Luis trabajaba aquí, reparando las calderas, igual que tú. Tuvo un accidente en las vías mientras hacia su recorrido nocturno. Los muchachos dicen que se aparece en la noche ja-ja-ja. Cuentos de espantos, no le hagas caso. Que tengas una noche tranquila muchacho, nos vemos mañana.
Cierro con candado el portón detrás del último trabajador. Recorro la estación para asegurarme de que todas las luces se encuentran apagadas. Aseguro que el depósito de trenes este cerrado con candado, así como las oficinas del patrón. En los contenedores de basura puedo ver juguetes, piezas de marcos y objetos olvidados por los pasajeros.
La noche es cálida y solo se escuchan los búhos. Dentro del taller me aseguro que toda la herramienta se encuentre en su lugar. Al término de mis labores, me recuesto en el catre, abro la libreta roja; mientras la hojeo, noto que en las últimas hojas hay varias anotaciones y palabras tachadas:
“Lunes 10 marzo, por la madrugada escuche el silbato de una máquina, aunque no teníamos ninguna llegada o salida programada, salí del taller. No había nadie.”
“Viernes 15 abril, le comente a Don Paco sobre los sonidos del silbato y las luces en el depósito de las máquinas, dice que es mi imaginación.”
“Sábado 20 de mayo, en la madrugada escuche como abrían el candado de los depósitos, salí corriendo para encontrar las puertas abiertas, no había nadie adentro ni en las vías. Decidí no cerrarlas hasta que amaneciera.”
“Lunes 10 de junio, las luces de una locomotora me despertaron, pensé que habíamos olvidado registrar una llegada, cuando salí del taller no vi ninguna máquina, solo la luna llena.”
“Jueves 16 julio. Hoy volví a escuchar el silbato de una locomotora, cuando salí del taller, vi una maquina color negra con las siglas FME, la luz interna era roja. El pánico recorrió todos mis huesos, decidí encerrarme en el taller.”
“Viernes 17 de julio, los otro aseguran no escuchar nada por las noches, dicen que las máquinas me están volviendo loco.”
Las siguientes entradas carecen de sentido, se vuelve a mencionar sobre una locomotora negra y risas de un hombre, una maquina con un faro color verde. La noche transcurre sin novedades, fue una noche sin luna.
Decido cerrar la libreta, apago las luces, aseguro los candados y observo la gran luna llena que ilumina la estación. Es mejor que me duerma, mañana mi turno comienza a la misma hora...
5.
Nunca te olvidaré Diana. Fueron las primeras palabras que le dije... Conocí a Diana desde que eramos chicos, un día mientras caminaba de regreso a casa, después de comprar un helado, Diana corría con sus hermanos cuando tropezó con una piedra, cayo con las rodillas y se raspo... Estaba sentada en el piso, sus lagrimas llenaban todas sus mejillas, me acerque para ayudarle... Mientras le ayudaba a levantarse, le regale mi helado. Ella sonriendo y con la cara llena de tierra y lagrimas me agradeció.
- Que lindo eres, gracias por ayudarme, nunca lo olvidaré. Me llamo Diana.- Exclamo mientras sus hermanos la llevaban hacia su casa...
Nunca te olvidaré Diana... Fueron, también, las últimas palabras que le dije mientras abrazaba su cuerpo destrozado y lleno de sangre... Tome el anillo de compromiso que semanas antes le había entregado, limpie la sangre de su rostro y la bese por última vez...
Aquella noche, durante mi turno de velador, Diana me traería de cenar a la estación. La policía no tiene indicios del accidente. Lo único que encontraron fue a Diana dentro del vehículo, totalmente destrozado, cerca de las vías del tren... Los primeros indicios señalaban una colisión entre el vehículo de Diana y una locomotora, como si la hubiera embestido, sin embargo, no se hallo maquina alguna, están buscando en las estaciones cercanas reportes de maquinas con daños sustanciales...
6.
Las siguientes noches transcurrieron con normalidad, al menos en la estación... Las semanas anteriores hable con mis otros compañeros de mantenimiento y sus noches pasaron sin extraños acontecimientos, sin extrañas luces, ni entraños silbatos...
Hoy es nuevamente mi turno de velar, hable con Don Paco y le pedí noches extras, quiero ahorrar para irme de este maldito lugar, empezar de nuevo, solo...
Termine de cerrar las puertas de la estación, asegure la puerta del taller y caí en un profundo sueño hasta que una extraña luz verde me despierta, al incorporarme escucho un silbato. Es una locomotora, ¿se habrá demorado, se habrá equivocado de estación? No tengo ningún reporte de llegadas en la madrugada.
Al asomarme por la ventana del taller, observo una gran locomotora negra, con las letras FME, dentro de las ventanas se pueden ver pasajeros y una extraña luz color roja o naranja, salgo para advertir al maquinista que la estación está cerrada, si necesita alguna reparación o tiene alguna emergencia. Me acerco al hogar, dentro, el maquinista viste ropas desgastadas y rotas, parece no notar mi presencia, hace sonar el silbato y grita: estación Santa Fe, próximo destino estación “La Misión”, su cuerpo da la vuelta y en su cara noto una mirada perdida, carece de sonrisa y exclama:
-Vamos chico, revisa la caldera. Esta máquina así de fuerte como la ves está hecha de piezas recicladas. Exclama mientras me muestra la caldera. La construí con un casquillo de bala anti área, lámparas, restos de marcos para cuadros, restos de la proa de un barco, bombillas y juguetes.
Mientras asoma la cabeza por la caldera deja ver la parte anterior de su cabeza, no tiene cabello, cuero cabelludo, cráneo ni cerebro, observo sus globos oculares a la perfección. El pánico me paralizo por un instante, el maquinista me da una palmada en el brazo:
- Rápido, el tiempo apremia... No querrás que la noche siga cayendo y pasemos de noche por estas vías, los bandidos colocan objetos sobre las vías y los accidentes están a la orden del día.
Por un instante recuerdo los encabezados de los periódicos, no ha habido un descarrilamiento de un maquina en años, probablemente veinte o veinticinco años... Me convenzo que es un sueño así que reviso la caldera, aprieto algunos tornillos y al cabo de unos instantes esta lista para seguir.
A mis espaldas percibo una presencia, al voltear encuentro a un joven de mi misma edad, con el mismo uniforme de la empresa, su cara es pálida o gris, sus ojos negros, sonríe y exclama:
- Puedo ver que sabes manejar la caldera, tenemos espacio para uno más. Novela1001 ha conquistado mares, desiertos y bosques, los paisajes son increíbles y tenemos mucha compañía.
Señala al vagón de primera clase, hombres, mujeres y niños parecen disfrutar del viaje, ríen, cantan mientras sus alimentos son servidos. De repente, mis ojos ven aquella hermosa sonrisa, con lágrimas en mis ojos subo a la locomotora, mis brazos encuentran a Diana... Con sus hermosos ojos me invita a sentarme junto de ella... La locomotora comienza a avanzar, es un paraíso terrenal.
Hoy una nueva familia se mudará al vecindario, eso escuche decir a Margarita de la inmobiliaria, se mudarán a la casa al final de la calle. A pesar de su belleza, pocas familias la han habitado, corren los rumores de que esta embrujada, lo cual es una tontería, no existe tal cosa como casas embrujadas. Desde esta misma ventana he visto familias, llegar e irse; la misma ventana que, aseguran los vecinos, tiene las mismas cortinas blancas.
Un vehículo se estaciona de frente, detrás el camión de mudanzas, he visto tantos por aquí que reconozco la empresa “Mudanzas Vargas”, pésimos para cuidar las cosas, sin embargo los más baratos. Hace 6 años dos empleados, contratados por una familia adinerada, al bajar un cuadro, al parecer muy caro, lo tiraron; la empresa fue demandada y al final el peritaje indico que el cuadro valía poco menos de cinco mil pesos y eso por el marco, ese cuadro resulto ser parte de una serie de fraudes que se cometieron hace 15 años.
Una jovencita asoma la cabeza por la ventana trasera, he visto esa cara de decepción y rebeldía juvenil, romperá varios corazones, no es común ver a una chica de tez tan clara y ojos tan obscuros por esta zona. A su lado, un jovencito poco menor que ella, quien prefiere no articular palabra alguna.
El entusiasmo de la madre es conmovedor, al parecer el único que le sigue la sonrisa es el hijo menor, soy malo para calcular edades pero puedo decir que tiene menos de ocho años. El padre en cambio, intenta sonreír, difícilmente lo logra pero la familia no lo nota.
Llegaron hace dos horas, cerca de las seis de la tarde. Puedo observar una típica escena familiar, el padre parece batallar con las cajas que dejo la mudanza; la madre sigue decidiendo en que parte queda mejor su sillón favorito; los dos niños ya sacaron sus juguetes y pelean por quien dormirá en la cama de la derecha, como si eso importará; la hermana mayor encerrada en su habitación colgando sus posters favoritos. Es hora de cenar, se encuentran todos sentados en la mesa esperando el platillo de la noche, sin saber que los padres optaron por pedir pizza para evitar apuros.
Después de cenar, los niños y la jovencita de dirigen a sus habitaciones, la primer noche en su nueva casa, los primeros sueños en una nueva ciudad. Los padres deciden salir al patio y abren un par de cervezas, discuten por la hora en que mañana saldrán a dejar a los niños a su nueva escuela; después de un rato se abrazan, por sus risas asumo que no han escuchado aún los rumores sobre la casa marcada con el número 102 de la calle Rojo.
Mario repasa los acontecimientos del día, parecería un extraño sueño, ¿o será pesadilla?.
Esta mañana recorrió esta misma vereda rocosa, el sol comenzaba a asomarse y alumbraban a estos solitarios árboles secos. Germán, el único poblador dispuesto a subir la montaña guiaba su camino. Ayer llego al pueblo en busca de dos jóvenes desaparecidas hace años.
Antes del amanecer Mario tenía muchas dudas, las cuales esperaba que Germán disipará.
- Don Germán, estas jóvenes fueron declaradas muertas hace más de cinco años, sin embargo, al buscar en sus expedientes, falta la ficha de búsqueda y el informe del forense. Las familias nunca reportaron la falta de esta documentación, incluso solicitaron el cierre del caso. ¿Sabe por que?
- Doctor, tiene que verlo con sus propios ojos y así entenderá que los pobladores no quieren que se lleven a las jóvenes.
-¿Que se las lleven? Pero se debe iniciar una investigación para darle paz a las familias, encontrar al culpable.
Aquellos rumores, sobre una casa embrujada, de niños que se pierden, de hombres que caminan con los ojos abiertos por la noche, sumidos en un extraño sueño; madres que no paran de tener pesadillas con extrañas sombras, que despiertan sumidas en gritos desesperados por temor a perder a sus hijos; jóvenes con caras pálidas y grandes ojeras de un día para otro; niños temerosos por extraños sonidos, aseguran ver extraños seres cerca de las ventanas por las noches, sombras de largos brazos, que parecieran succionarlos.
Por las calles, dentro de las tiendas y casas puedes escuchar aquellas historias, los vecinos aseguran que la casa está habitada por sombras de gran tamaño, que pareciera no puedes alcanzar con la mirada. Varios curiosos y aficionados a lo paranormal han pasado noches de desvelo, buscando en cada centímetro de las paredes y ventanas, toman vídeos de visión nocturna sin resultados satisfactorios, hasta el momento.
Tonterías inventadas en un antiguo vecindario perdido entre los suburbios de clase alta, alejado del centro de la ciudad. Quienes habitan estas calles son personas mayores, ya no hay tantos niños como antes; las familias poco a poco se han mudado. Han dejado casas abandonadas, varias de ellas maltratadas por el inevitable paso del tiempo y por la temible pandilla de jóvenes que pasan madrugadas rayando las paredes, bebiendo o teniendo encuentros amorosos.
Pandilla juvenil liderada por Daniel, un joven delgado y de fantasmagórica apariencia, resultado de una terrible enfermedad que lo dejo varios años en una cama de hospital.
Llegó a esta misma calle cuando era un pequeño. Sus padres, ambos famosos abogados, adquirieron esta casa, a muy bajo precio, “casi una ganga” los escuchaba gritar de júbilo.
La primera noche que pasaron en su nuevo hogar, recuerdo asomarme por la ventana del pequeño Daniel, me observo con detenimiento, estaba decidido a comerlo, cuando algo en su mirada me atrapó.
-Sombra. Exclamaba, mientras estiraba sus pequeños brazos, queriendo abrazarme.-
-Pequeño, ¿cómo te llamas?-
-Daniel-
-¿Te gustaría jugar con esta vieja sombra? Cuando termine de decir aquellas palabras, me quede helado, no podía comerme a aquél chiquillo, su mirada y sonrisa me mantenía cautivo.
Esa noche jugamos, a pesar de mi hambre, me sentía atraído por su mirada, no quería alejarme de él.
Al acercarse el amanecer, y mientras me alejaba a mi vieja morada prometí a la noche siguiente cenar sin distracciones.
Aquella segunda noche y decidido a cenar, me acerque a la cama de Daniel, ahí está el, con aquellos mismos ojos que brillaban.
-Sombra, mira mi nuevo juguete, ¿quieres jugar conmigo otra vez? Le platique a mamá de ti, dice que puedo jugar con amigos imaginarios solo por la tarde, que en las noches debo dormir, pero no quiero. Entonces, ¿jugamos?-
-Daniel, debes obedecer a tu madre y no jugar por las noches. Mejor cierra tus ojos para que pueda devorarte.- Mientras acercaba mis largos brazos a su pequeño cuerpo, podía ver su cara de temor al ver mis grandes colmillos.
Los niños son curiosos, se quedan paralizados al verme y gritan cuando es demasiado tarde.
Sin embargo, ocurrió todo lo contrario con Daniel, comenzó a gritar y a retorcerse sin siquiera haberlo tocado. Observo en sus ojos agonía, de su garganta surgen temibles gritos de dolor, como si estuviera sometido a una terrible tortura medieval. Sus gritos son ensordecedores, no puedo pensar con claridad, me acerco para verle detenidamente, expide un olor de putrefacción, recorre mis fosas nasales como neblina sobre un campo abierto, intento cubrirme, el olor es penetrante, inunda mi cabeza, no puedo controlarme.
De repente, las luces del pasillo se encienden, y a su madre entrar rápidamente a la habitación.
-Daniel, querido, ¿qué tienes? Vicente rápido, algo le pasa a Daniel.-
Daniel no para de gritar y retorcerse en su cama, aquel fétido olor inunda toda la habitación, opto por refugiarme en mi guarida, perdí el apetito.
-¡Podrás escapar esta ocasión Daniel, pero volverás y te comeré!-
A los pocos minutos, la casa se encontraba vacía, al igual que mi estómago. Varios aseguran que esa noche escucharon gritos no humanos, esa misma noche surgieron los rumores sobre una casa embrujada.
Las noches siguientes no vi a Daniel, y así transcurrieron varios años. Hasta que un día un camión de mudanzas llego a unas cuantas casas de aquí. Eran los padres de Daniel, que al perder la mayor parte de su fortuna en la enfermedad de Daniel, adquirieron una casa menos ostentosa.
Son casi las diez de la noche, se acerca la hora de cenar, veo pasar a Daniel con su nueva novia, se ha olvidado por completo de mí. Lanza una lata de cerveza mientras vocifera: “esa fue mi casa, hasta que la maldita leucemia me mando al hospital, maldita casa embrujada”, se encuentra ebrio y sus amigos lo siguen con risas.
-Daniel, no existen tales cosas como casas embrujadas, solo existen sombras de brazos largos, que viven en cortinas.-
“If the businessmen are drinking my blood”
Ready to start. Arcade Fire.
Desde el año 2021, la humanidad tuvo que sobrevivir en un mundo pos-apocalíptico...
Durante el 2020, la humanidad luchó con todos sus recursos contra un virus. Las naciones, los pueblos, las comunidades, todos estuvieron en aislamiento. Las pérdidas humanas por contagio ascendieron a la mitad de la población.
El virus se propagó rápidamente y una gran crisis económica inundo al mundo, gran parte de la población perdió su riqueza debido a la compra excesiva de artículos innecesarios...
Desencadenando una ola de suicidios, el sistema funerario colapso. Las poblaciones cerca del mar ahogaron a sus muertos. Las poblaciones cerca de volcanes arrojaron a sus muertos dentro. Rusia enterró a sus muertos en el hielo... El mundo como se conocía desapareció... la gloabalización se volvió utópica.
Hoy cincuenta años después, la historia se repite, tal y como se predijo, Covid-19 no sería la última amenaza para la raza humana. Hace 50 años sobrevivió una tercera parte de la población, hoy, soy la única sobreviviente de mi comunidad...
“Mi nombre es Camelia, si llegas a leer esta carta, por favor olvida mi nombre, olvida mi historia, rompe las fotografías y olvida mi cara...”
A los 18 años ingrese a la UNAM a la carrera de medicina, a los 22, con uno de los mejores promedios de la universidad, ingrese al Servicio Médico Forense de la Ciudad de México para hacer mi servicio social. Cuando termine mi residencia, me ofrecieron trabajo y me incorpore al tercer turno.
El viernes 30 de octubre de 2009, a las 23:30 horas recibí una llamada de la unidad 28 de paramédicos, con el siguiente reporte:
“Vehículo Ford Fiesta, color gris, placas MHR-3467, con tres ocupantes de sexo masculino.
El conductor presenta fractura en clavícula izquierda, laceraciones en ambas piernas, es trasladado al Hospital General.
Pasajero del asiento trasero, presenta fractura expuesta en pierna derecha, laceraciones en cara, brazos y pecho. Es trasladado al Hospital General.
Copiloto, sin signos vitales. No presenta fracturas visibles, laceraciones en brazo derecho. Masculino de 26 años, originario de San Luis Potosí, complexión delgada, cabello castaño oscuro, ojos color café, facciones finas, no presenta fracturas visibles.”
Al cabo de tres horas, el cuerpo del joven llegó al edificio. Cuando ingreso a la sala de necropsias, ya se encontraba Rosa, de servicios periciales.
- ¿Noche agitada? Le pregunto, para entablar plática.
- Esta tranquila, espero se mantenga así, espero irme mañana temprano a casa. No encontré fracturas visibles doctora. Comenta mientras describe en su libreta las lesiones del cuerpo.
Del maletín saco el bisturí y lo colocó sobre el cuello del joven para inspeccionar la cavidad torácica. Presiono el bisturí con fuerza, y sin explicación alguna, la hoja del bisturí perfora la piel el cuello, como si fuera gelatina, un gran chorro de sangre brota del cuerpo, salpicando mi brazo y cara.
Lo primero que pienso es que los paramédicos debieron cometer un error, este joven está vivo. Mientras la sangre brota con fuerza del joven, retiro el bisturí del cuello. Poco a poco la sangre recorre su pecho hasta llegar al abdomen.
- ¡Doctora! ¿Qué está pasando? ¿Por qué sangra? grita Rosa, desesperada, mientras coloca un trapo sobre el cuello.
Busco entre mi maletín vendas, agujas e hilo para suturar la herida, con el estetoscopio intento escuchar su latido, pero no tiene. Debió sufrir un ataque cardíaco, sino actuó rápido este joven morirá. Revisó mi maletín, encuentro una ampolleta de epinefrina.
Rosa busca su celular para llamar a emergencias, mientras tanto armo la jeringa para inyectar la hormona directo al corazón, al hacer contacto con el corazón, inyecto toda la ampolleta de adrenalina. Y lo que ocurrió después, ha sido mi tormento durante muchos años.
El joven, debió consumir una gran cantidad de drogas sintéticas, ya que, al inyectar la epinefrina, las manos y pies del joven se contrajeron como si sintiera dolor, el abdomen comenzó a levantarse y hundirse. Sus parpados se abrieron y mostraron las pupilas totalmente dilatadas.
Mis ojos no daban crédito a lo que veían, de repente el joven se sentó en la plancha. Jamás olvidare la mueca de horror de rosa y un grito que podría desgarrar varios oídos, al mismo tiempo, retumbo en todas las paredes de la sala.
De la boca de joven salieron extraños sonidos junto con un líquido verde, espeso y burbujeante.
Corrí hacía Rosa, paralizada por el miedo, juntas salimos de la sala. Tome el teléfono para llamar a vigilancia. Los cinco o seis policías, que se encontraban en la sala de espera, al vernos salir despavoridas, entraron a la sala. Mientras corría a la salida, escuche gritos, golpes, cosas que caían de las repisas, y al final, múltiples disparos.
Salí del edificio, me subí al auto, varios elementos policiales entraban al edificio con armas.
Conduje a casa mientras marcaba al secretario de Servicios Periciales.
Al legar a casa, abrace a mis madre, al verme a los ojos y después de contarle lo ocurrido, tomo las maletas de emergencia que siempre tenia en el armario, nos subimos al auto y condujimos hasta salir de la ciudad... Después de 2020 mi madre construyo una cabaña en medio de un bosque, cercado por mallas, con víveres para meses... Al llegar, metió el auto a la cochera, apago las luces, tomo mi mano y prometió que estaríamos bien.
Las primeras noticias trasmitidas en la televisión narraban historias parecidas a las novelas y series que veía sobre zombies...
Días después la televisión dejo de transmitir, llevamos aquí 387 días. Mi madre, al terminarse los víveres, tomó un arma y se apunto a la sien...
Aquí estoy, con esa misma arma en mis manos, al igual que ella me dispararé, no sin antes suplicarles que olviden mi nombre y mi historia...
Gibrán, con ayuda de un pescador, camina por el puente del muelle hacia el puerto, una ola de arena le cubre el rostro y gran parte del cuerpo, obstruyéndole la vista por completo, cuando logra quitarse el arena de los ojos, frente de él, el puerto de Lisandro, un lugar recóndito en la faz de la tierra, donde las casas son color blanco y sus techos de madera. El clima es tan caluroso que las casas no tienen puertas ni ventanas, no tienen luz eléctrica, por las noches puedes ver el interior de las casas alumbradas únicamente con velas. Los comerciantes del puerto caminan bajo el sol cargando grandes canastas de pescado.
La cantidad de gente y el penetrante olor a pescado lo abruma, obligándolo a retirar su vista, sus ojos recorren los puestos de los mercaderes, hasta encontrarse con una tétrica imagen que se convertiría en un martirio hasta su muerte. Un mástil oxidado, seguramente de un viejo y desbaratado barco clavo al piso, y en la punta, una espiral rodeada de picos simulando un sol y de ahí, un hombre atado de manos y piernas, su abdomen abraza aquel símbolo solar, los intestinos de fuera atraen a gran cantidad de moscas que lo rodean. Las nauseas se complicaron y lo único que recuerda antes de perder la conciencia fue un sabor ácido en la garganta mientras vomitaba la cena de ayer.
Cuando Gibrán recobra la consciencia, se encuentra en una choza recostado en un catre...
- Como se siente Gibrán?
Al voltear la mirada encuentra a una joven mujer, con los brazos y piernas llenas de tatuajes, largas arracadas en los lóbulos de las orejas y unos grandes y verdes ojos...
- Creo que me desmaye... ¿Señorita...?- Gibrán se incorpora, procurando ser cortés.
- Isabel. Lo encontré rodeado de personas, tirado en el suelo, bañado en vómito. Entre dos me ayudaron a traerlo hasta acá, espero encuentre este lugar acogedor, es el único lugar que tengo.
Gibrán con el estomago aún revuelto, recuerda al hombre con los intestinos de fuera y la palidez regresa.
- Doctor, usted no entiende lo que sucede. Sus familias tiene un lugar donde visitarlas.
- Repose otro rato, el calor sofoca a cualquiera y más a los foráneos... Regreso más tarde, voy por alimentos, si necesita agua le dejo una jarra y la otra es para refrescarse la frente.
- ¿Que le paso al hombre del poste señorita Isabel?- Exclamó.
- Era un mercader que intento vender pescado echado a perder. La ley en estas tierras es muy estricta. Descanse, le traeré algo de comer.
Gibran cerró los ojos e intento dejar de pensar en aquel pescador, no quería debilitarse, aún más, vomitando nuevamente. Al caer la noche, Isabel regreso a la choza, con un caldo de pescado y algunas rodajas de pan. Gibrán, muy hambriento agradeció los alimentos y la hospitalidad.
- Señorita Isabel...
- Dime sólo Isabel...
- Esta bien, Isabel, agradezco tus atenciones, pero no tengo con que pagarte. El barco donde venía, encallo cerca, apenas y sobreviví para que un bote pesquero me recogiera y me trajera a este lugar... Tal vez si pudiera tener acceso a un teléfono para notificar a mi familia, a la empresa... Tal vez así puedan venir por mi, y pagarte todas las molestias que te he ocasionado...
- Los únicos que tienen teléfonos son las empresas pesqueras, el puerto, las madereras y uno que otro mercader... Tal vez si hablo con algunos vecinos, alguien pueda conseguir que hables... ¿Que le paso al barco donde venías?
Chocamos contra un banco de corales, la cubierta no resistió, y termino por hundirse junto con el cargamento de café, eramos tres. Lo único que recuerdo fue el estruendo del choque, el mástil se doblo y una tabla de madera cayo ó sobre mi, no recuerdo nada hasta estar en el bote pesquero... Los pescadores me dijeron que fui el único sobreviviente, otro bote que iba con ellos levantaron los cuerpos del capitán y de su ayudante, me comentaron que los llevarían al muelle, cuando descendí mi intensión era buscarlos...
- No te preocupes por el hospedaje, puedo darte asilo hasta que manden por ti...
- Te agradezco Isabel, prometo pagarte.
- Te recomiendo recuperar fuerzas durante la noche, mañana, si se siente mejor, daremos un recorrido por la isla y por el muelle en busca de un teléfono... Descansa.
Isabel salió de la choza, al caer la noche, la temperatura no desciende, el calor es sofocante y Gibrán apenas y puede respirar, el aire caliente le llena sus pulmones y al expulsarlo le quema las fosas nasales. El caldo le ayudo a recuperar fuerzas, pero la sed no disminuye, ya se acabo dos jarras de agua y su cuerpo le pide ir al baño...
Gibrán con la mirada recorre aquella extraña choza, al otro lado se puede distinguir una pequeña habitación, debe ser el baño. Gibrán se incorpora y camina lentamente. Al salir del baño, Gibrán decide estirar un poco las piernas, el cielo estrellado y la luz de la luna alumbra las calles y techos del pequeño pueblo, una leve ráfaga de aire recorre su cuello, refrescándole. Atrás de él, el muelle y los botes pesqueros dan una hermosa postal, ni en sus sueños hubiera imaginado una escena de tal belleza. Detrás de los botes Gibrán nota que la isla se encuentra protegida por grandes y desérticas montañas, como si se tratara de una impenetrable muralla. Dichas murallas dejan un espacio entre ellas, dando paso a la inmensidad del mar.
El silencio se hace presente, la mirada de Gibrán se encuentra sumergida en aquel mar, de repente, una embarcación se asoma por un extremo, un barco color rojo intenso, con mástiles blancos avanza hacia la isla, desde una pequeña ventanilla, una luz tenue. Conforme se acerca a la isla, la velocidad pareciera incrementar, ¿acaso el capitán no ha visto la isla? Gibrán busca a sus alrededores algún faro sin éxito, lo único que sobresale es el mástil y el cadáver del pescador, espera, ¿y el cadáver?. Lo único que queda en el mástil es una gran mancha de sangre que escurre hasta llegar al suelo. Gibrán asume que llevaron al cadáver de aquel pobre hombre para darle sepultura. El barco se encuentra ya a una peligrosa cercanía.
- Rápido, ¡alguien!, ¡El barco!, ¡El barco se estrellará!... ¿Hay alguien ahí?
Gibrán levanta los brazos y con todas sus fuerzas grita: ¡se van a estrellar contra la isla, paren!
Conforme el barco se acerca, Gibrán no logra distinguir a la tripulación, como si el barco estuviese solo...
El barco se encuentra ya tan cerca que Gibrán distingue el nombre Kutty Sak. Gibran jamas había escuchado hablar de aquel barco, y la velocidad aún no disminuye. La marea crece y crece, creando olas que golpean con singular ritmo los barcos y veleros parados. El golpe es inminente, Gibrán se aleja corriendo y espera el golpe, sin embargo, metros antes de la colisión, el Kutty Sak se detiene abrupta y repentinamente frente a la isla a un costado del puente del muelle, la proa situada frente a Gibrán y la popa al final del puente.
El barco se detuvo con tanta fuerza que las olas casi voltean a todos los barcos a su costado. Después de tal estruendo un curioso y tétrico silencio opaco el ambiente.
A pesar de tal estruendo y escándalo, ningún poblador se ha acercado al muelle.
Gibrán de haberse quedado en la choza habría esperado a Isabel, al día siguiente disfrutaría de una calurosa caminata por el muelle, se comunicaría con la empresa y con su familia, esperaría a su llegada y sería llevado con su familia para morir muchos años después a lado de su mujer; sin embargo, a los segundos de que el Kutty Sak se detuviese cerca del muelle de la isla Lisandro, a media noche de aquel martes, el destino de Gibrán daría un giro inesperado.
De la popa del barco, una escalera de madera baja con lentitud, tocando el otro extremo del puente. Gibrán, hipnotizado por la luz proveniente de la ventanilla del Kutty Sak camina por el puente del muelle, las estrellas y la luna iluminan su andar, al llegar a la escalera, sube con agilidad, la cubierta parece recién colocada, el barco luce en perfectas condiciones y frente a él, una escaleras hacia la cabina del capitán, la puerta esta cerrada pero por debajo se aprecia una luz tenue. Decidido baja las escaleras y gira la perilla de la puerta, al abrirse, se encuentra con una lujosa habitación con muebles de madera, finas esculturas y pinturas adornan las paredes, la luz es emitida por una enorme lampara apoyada sobre el escritorio. Gibrán lleno de curiosidad se acerca al escritorio repleto de libros y libretas, extrañamente una de las libretas esta abierta y en ella letras recién escritas. Gibrán estuvo a punto de leer dicha libreta, cuando un repentino movimiento lo hizo tambalearse, el barco avanza con gran velocidad, Gibran se asoma por la única ventanilla que encuentra y observa como la isla se aleja frente a sus ojos, de repente una frenética risa se escucha desde la cubierta del barco, voltea y Gibrán no puede creer lo que sus ojos ven, pero su corazón sabe que que no mienten, detrás del timón se encuentra el pescador que estaba colgado esa mañana en el muelle.
El pescador lo mira fijamente sin detener su risa. Gibrán cierra la ventanilla y sale de la habitación, sube las escaleras y en cubierta de espaldas el pescador, sus piernas aún conservan las cuerdas con las que estaba atado al mástil. La risa es cada vez mas fuerte y cada que toma aire sus entrañas expuestas se contraen. Las nauseas nublan el pensamiento de Gibrán, y sin dudarlo se avienta hacia el mar, el agua helada borra las nauseas y se apodera de todo su cuerpo. El golpe lo deja inconsciente pocos segundos, al recobrar la consciencia, nada hacia la superficie, para encontrarse cerca del barco, el pescador ahora asomado por la ventanilla lo mira fijamente, mientras el Kutty Sak rodea a Gibrán formando un remolino que succiona con fuerza su débil cuerpo. Lucha con todas sus fuerzas para mantenerse a flote, la risa del pescador le rompe los tímpanos. La risa desaparece y una gran fuerza lo lleva hasta el fondo del mar, lo último que apareció frente a sus ojos fue la cara del pescador quien lo toma del cuello y arrastra a la oscuridad...
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